El enorme alcanfor altivo y desafiante
es centinela de la ventana
Es guardián a la falda del cerro
Afronta los vientos
Se mantiene inhiesto ante la tormenta
Parece que da su mejor rostro a la lluvia
Nos comparte sus eucaliptos
a nuestros pies aroman
a sus pies vivimos
Los cuentos y los hechizos rodean su historia
él se ríe agitando sus alas
Sus enormes brazos que parecen ramas
Yo creo que es un gigante encantado
Parece que se quiere mover
sin embargo él vive
se comunica
transmite su meditación
las raíces aspiran bajo la tierra
expira por sus hojas aquel oxigeno
El alcanfor se recuesta en lo profundo de la noche
A sus espaldas el telón azul
parece una cortina que dibuja una pintura
entre lo perpetuo
entre lo sempiterno
congelada está la imagen del alcanfor.