La madrugada ruge con el viento como su aliento
choca con los dientes de las montañas el aire.
Se oye que se desparrama el ruido
corre el sonido hacia el fondo de la noche
Se estrella detrás de la nube en el cielo
En medio del panorama la luna
como un huevo estrellado
relumbra amarilla
Los sonidos que emergen de la noche
son de la naturaleza que espera el día
que prepara sus motores
que enciende su hoguera para no pasar frío
Son latidos nocturnos del pulso
de la sangre de las cosas
que impregnan mi oído
que abarcan mi seso
Contemplo como búho hacia la nada
penetra mi vista el negro espacio
como un manto que me cubre de misterio
La caída del tiempo hacia el abismo del sueño
hacia lo profundo interno
Donde se despliega la fuerza que mueve mi osamenta.
Concibo los sonidos del bosque alborotado
Escucho como la madrugada ruge
con el ventarrón que azotó la puerta de mi oreja
que sacudió los arbustos de mi infancia
que estremeció la oscuridad que nos abarca
que se estrelló en el cerro de mi espalda.
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