Me gusta escribir
Porque en el cuerpo aparece
como una necesidad fisiológica
En alguna esfera de la mente
En alguna capa de la cebolla
recae una imagen
que puede ser una semilla
que puede ser un barco
Una silueta como la que tengo en mente
que jamás la he podido describir
Como la flor dorada por el sol
seca pero profunda en su color
Es un aspecto que se percibe
como la brisa que acaricia la piel
Como en la mañana en canto del ave
En la tarde el bullicio del gentío
Claramente es algo que viene de allá
del otro lado que no se puede habitar
del espacio del aire que nos rodea
Es la esencia que aroma el suceso
La astilla que se metió
al pliegue de mi cerebro
Algo mágico por parte de mis sesos
que mis dedos obedecen
como diligentes soldados
toman las armas de las palabras
teclean limpiando el remolino.
Al final el placer
la liviandad
la ligereza de un nuevo día
La pluma que de nuevo
cae como la hoja meciéndose
balanceando su ser en caída libre.
Avanzando hacia la conformación de sentido
en círculos vertiginosos llamadas letras
del tiempo muerto
del amigo que posa sus pepitas de oro
en estos flacos negritos símbolos
víctimas de mi placer hedonico.
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