Dice que no olvide que me sigue los pasos.
Hoy parece que no iba a estar presente la greñuda despeinada con sus gotas, justo aparece en el momento que me avecino a la jungla hedionda de la calle.
Aguacero se hace presente, sale una nube que descarga su furia, que justo en el pedacito que piso. No sé si sea buen presagio, mala suerte o Tlaloc que me guarda los pasos.
Pienso que en lugar de quejarme, debe servir como limpia de mi aura, como fertilidad a la tierra de mi alma, hidratación al entorno que me contiene. Agradezco esta lluvia que riega mi parcela que brizna mi rostro, que rocía mi Cristina.
El maleficio para el quejido profundo que me brota. Que escurran de mi ser los problemas, que el trabajo a manos compartidas sea fresco, contundente, como la lluvia que arrecia que atravesamos y dejará panorama cristalino, una noche llena de grillos, destellos y limpieza pura en la puerta de mis ojos.
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