Textos, imágenes, audillos como aullidos: choritos, reflexiones: cosas qe pienso en sentadillas mientras me como qesadillas y más, más.poémas, poesías, arte del qe causa estar harto.
sábado, 28 de diciembre de 2013
Dos. El juego dentro de la esfera
domingo, 1 de diciembre de 2013
El crédito
Creo que debería admitir que no era yo el que andaba ofreciendo los productos financieros, así que diré que por aquella farmacia llegó el vendedor del banco con la intención de comercializar sus productos, a saber el portafolio de cuentas de ahorro, de cuentas de crédito, de seguros de vida para la muerte, eran un promedio de 400 productos de los que el vendedor alcanzaba a comprender básicamente 3 o 4 pero que le eran suficientes para empezar a comerciar.
Aquél señor que se dijo dueño de la farmacia; piel apiñonada, cara ovalada, nariz prominente, se mostró interesado por el crédito, comentó que él, tiempo atrás, también había trabajado en un banco y también, según él, sabía lo que era hacer estas cosas: pedir papeles legales, firmas a desconocidos, que ahora este documento, que ahora esta hoja y nos equivocamos en tal dato, a él le interesó una línea de crédito, y ahí va el negocio.
Dijo que cuando él trabajó en un banco llegó a contar con una línea de crédito que si bien le costaba mantener el pago regular no dejaba de utilizar ni la dejaba al abandono, dijo que de pronto cayó en la ruina y que por eso andaba solicitando ese préstamo, mencionó que tenía una hija, ella se había juntado con un tipo, fue insistente que su muchachita no era la mala, sino “el cabrón este, güebón, aprovechado, vividor” así lo dijo,porque él como padre de su hija siempre quiso lo mejor para su niña, pero este joven “se había encargado de echarla a perder”, pero que no se había conformado con eso, dijo el señor al vendedor de seguros que: había que estar consciente sobre la naturaleza de las mujeres, porque él no reclamaba a su hija que se juntara con el muchacho, “porque a las mujeres cuando les empieza a hervir ahí abajo”, así lo dijo, “ ya no hay qué hacer” y entonces el farmacéutico sacó de entre las medicinas una biblia de bolsillo y comenzó a leer un pasaje, era de Mateo, y decía que una mujer caminaba muy lascivamente frente a una bola de hombres, pero estos tenían que soportar la tentación que en realidad era el diablo vestido de mujer y con caderas contoneándose.
El señor farmacéutico dijo que las mujeres e insistió “cuando sienten cosquillitas es cuando seduce e incitan a hombre al pecado” así dijo el viejo. Por eso él no le echaba la culpa a su hija sino a su yerno, porque el hombre, como decía el librito, debía aguantarse de esas provocaciones por parte de las mujeres, pero que ya que no se aguantó ahora no le responde a su hija.
De tal forma que el yerno del farmacéutico fue el culpable de que éste último perdiera su línea de crédito. Luego el farmacéutico ahondó en la descripción de la decadencia en que fue cayendo gracias a la pareja de su hija y siguió alternando sus experiencias con lecturas del librito.
Por su parte el vendedor de seguros no había podido quitar sus pensamientos de las palabras “hervir ahí abajo” y “cuando sienten cosquillas” dichas por un hombre con un biblia en la mano.
-Ardo Astillo Oreno.-
jueves, 24 de octubre de 2013
A ver sisentiende
El lugar era alborotado, en aquel momento yo lo frecuenté no importa porqué motivo, pero basta decir que quedaba cercano a mi hogar, la tarde era soleada, con ese sol del valle de México que es muy deslumbrante, el lugar conocido por tanto lleno de personas que acudían a tomar un trago, piso de tierra con un poco de aserrín regado, mesas de plástico, realmente era un patio grande, pedí un curado de avena y me fui a sentar hasta el fondo, lugar donde había una mesa ocupada por una sola persona.
Una mesa de plástico cuadrada con la palabra Victoria en letras rojas escrita sobre su lomo, había un señor que miré y no le saludé puesto que se veía que pensaba profundamente en algún suceso, y me miró pero parece que no me hubiera visto, me senté y comencé a percibir el ambiente que era disperso, se escuchaba música de algún corrido, veía con atención los rostros de los contertulios, escuchaba una que otra risa esporádica, daba sorbos a mi curado de avena, el señor que estaba en la misma mesa que yo me comenzó a causar curiosidad por los gestos que hacía, se veía realmente preocupado, ponía rostro de afligido el pobre señor quien tenía una caguama con él y la mirada perdida con quién sabe dónde no me miraba ni por error, comencé a pensar porqué tenía esas expresiones tan sufribles en su rostro.
Seguí distrayéndome con el rededor, degustando ese sabor a avena. Pero las facciones del tipo aquél no dejaban de atraerme, me preguntaba para mis adentros si estaría triste, enojado, decepcionado, nervioso, no lograba acertar por sus gestos su estado de ánimo, sólo lo veía extraño.
Entre el fondo de las mesas, cerca de la barra que estaba a un lado de la puerta de entrada, llegó un joven acompañado de una muchacha y tras ellos una señora de considerable edad. Atravesaron entre las mesas sin dificultad, seguros, con paso firme y llegaron a un lado de donde yo estaba con mi tarro, miraron al señor quien al ver a este grupo de gente se paró y los saludo con mucho cariño, yo entre mí pensé: primero, qué mal sitio para citar a la familia, segundo, este señor tiene en un problema, desde la forma en que saludó a los que llegaron puedo notarlo, de inmediato mi reacción fue levantarme del lugar, ir por sillas y poner las necesarias a saber: una para la señora, a la que le dije; "buenas tardes tenga usted señora, disculpe el ambiente, pero qué le vamos a hacer, adelante", enseguida coloqué una silla a un lado mío y le dije a la muchacha de alrededor de 17 años, "señorita buenas tardes, adelante tome asiento, aquí estamos su padre y yo esperándolos, espero no les disguste mucho el aspecto del lugar", en el siguiente acto coloqué la tercer silla al otro lado de mí y le dije al muchacho que traía una camisa de rayas y pantalón de vestir negro peinado con una especial atención; "siéntate hijo, ahorita a ver qué nos dice".
El hombre por su parte saludaba a cada uno de ellos y para cuando los acabó de saludar con un abrazo lleno de sentimiento yo ya estaba colocando mi silla en un ángulo de la mesa. Todos me miraron cuando la arrastre metiendo las piernas bajo la mesa, para lograr sentarme derecho, el señor aún hacía como que yo no estaba ahí, pero era inevitable verme, yo lo miraba y él a su vez miraba a los que habían llegado, yo le dije a la señora que podía si quería pedir un trago, ella no me miró, le recomendé el de mango, y que pidiera dos refrescos para los niños, el señor no sabía qué decir, por su aspecto parecía que lo embargaba la emoción, y fue cuando me volteó a ver, los niños-jóvenes miraban al señor como si fuera una persona que hace tiempo no veían, la niña se atrevió a preguntarle al señor, ¿Cómo estás?, el señor respondió, "aquí ando, ya ves."
Yo por mi parte me paré y fui por otro trago, entre mi dije, esta no me la pierdo, llegué de vuelta al sitio y les dije; "Hombre pues gente, qué les sucede, ¡ánimo!, a ver cuenten, cuenten, ¿Qué sucedió?, mire a la señora y le dije, dígame cómo se porta, qué le sucede".
El señor dijo: "creo que este no es el mejor lugar".
Yo pensé que eso ya lo había pensado desde que los vi entrar, la esposa dijo que no era buena idea empezar ahí, yo les dije; "hombre, mujer, usted no se agüite que nadie nos oye, dile compañero, -le dije al hombre- dile lo que tenías ganas, lo que estabas pensando cuando llegué aquí y te noté que pensabas, pero no nos hablamos".
El señor dijo: "será mejor que nos vayamos a otro lado", yo por buscar romper esa tención que se había creado les dije; "bien, es evidente que es un momento difícil, no tienen que hacerlo saber, se ve, pero usted mi amigo quiete ese rostro que ya están aquí, tu nena vélo es tu padre y siempre lo será", después le dije a la mujer: "usted señora comprenda, no es necesario que me explique cuando a leguas se ve lo sucedido, aunque será mejor que acudan a otro lugar a solucionar eso de lo que yo no estoy enterado. Deberían de hacerlo cuanto antes porque este pobre hombre- y le puse la mano en el hombre aquél-se ve que ya no puede más", y continué: "ya sé que a lo mejor hizo intentos pero usted también debe comprenderlo, así lo quiso desde un principio y ahora lo tiene y no debe sino apoyarlo y comprenderlo", la señora me miró con incredulidad.
El hombre se levantó de su lugar y espero a que su joven hijo y su joven hija le secundaran para salir tras, mientras yo me quedaba mirando desde la mesa el acontecimiento de eso que no sé bien si fue un reencuentro, era un ajuste de cuentas, o sólo este cuento.
Ardo Astillo Oreno
lunes, 14 de octubre de 2013
César Vallejo en voz de ardo astillo
jueves, 19 de septiembre de 2013
Es que no quería seguir transcribiendo y mejor me puse a dictarme como cuando un chorro de agua se sale de la manguera con fuerza.
que le busco pies
caminos por donde poderla arrastrar
manos
una pieza donde la pueda agarrar
para zafarla
dispersa en mí
la nada de su cuerpo
me recuerda lo que valgo
lo que tengo
todo.
encapsulado por el pulso de mis malas decisiones
que cuando se arrastra en realidad se hunde
es un cobardón que dejó de arriesgarse
que dejó de aventarse del acantilado matutino
todo se vuelve moquiento
a mis veintitantos aquí bajo las faldas de mi madre
como en el más fresco día del campo
bajo los bigotes
linda barba de mi padre
qué me avergüenzo diez aves de mi vuelo fallido
donde nada de onda y nado pero no me salvo de estar mal
es toda la parte de la cascada mi culpa
es pirarme de este hueco
perderme en el camino diario del gusano que abordo
degollar mi vista de la quietud que me congela sin ver para fuera
mirando todo lo que ya mié
yo sé que fui el falto de valor
del amor que a un ser humano se le brinda
la roca que se estrelló en su frente para dejarle ese cielo estrellado limpio.
sin un pescado de vida que busca regresar a su lugar de origen
quiero zafarme
quiero desprogramarme por unos meses que se debe respirar
pensar
andar y encontrarse con la pausa o la pauta
la puta belleza que me hace mirarla en todas las damas
fuking -si tan sólo…-
hubiera corrido a tiempo menos cuarto
mi animalidad no la hubiera desbordado como el derrumbe que la sepultó
es que pasó porque mi amor la quería y ella ya se había desenamorado
y aún teníamos ganas de mirarnos
cuando de rojo se pintó la tarde
en un horizonte distinto
decidió fugarse
dejar el cielo de estrellas limpio
no sé
se las llevaría a su casa
a mí me borro de lo espectacular todo suceso
en serio
río como momia
y ahora que aquí en esa noche
oscuridad
sí
el fondo de la noche que también es su superficie
oscuridad donde juego con mis dedos
y los jugos que me brotan de la oreja
me dreno el recuerdo
en un rato me adentro a las sombras
en fin
es casi como estar de muerto
pero con risas y hambre y comidas salvajes
la extraño hasta el fondo de toda mi locura
como cuando paso por el hospital psiquiátrico
sin entrar nunca ya nos conozco a todos.
.
viernes, 16 de agosto de 2013
Curioso sentimiento que al verme en el animal me nace
como con el ave donde me recuerdo el canto desde la granja en una pata
cuando era un pollo y no sabía cómo emprender este vuelo
Recurvo con las lombrices aquel escarbar un hoyo
me retorcijo entre sus ondulas
De los caballos el galope del viento
la mescolanza con mis cabellos
el casquete del mastico todos mis nervios
Del mismo miedo el pez que navego
entre el aire espeso
Viene la flor que revive mis horas de enraizamiento
Con cada roca
la estática estética justa que apestó nuestra esencia
reparo a reposar mi alma en el cuerpo de los cuerpos
Ya fuimos un día el día
fundimos nuestros alientos
estirando los brazos como rayos
escupiendo las tormentas de la lengua
evaporando nubes de mi sudor
Conglomerado en estas conexiones neurales
en este bache de mi estómago
en este canto del gallo desde una pata.
miércoles, 14 de agosto de 2013
La lejanía de mi astro
Eso mismo le pasa a mi cuerpo
va evolucionando
dejándome atrás cada día
erosionando mi piel.
Ahora el hombre desde el que estoy contenido
desde el que hoy estoy dentro
este Fulano amigo de Mengano conocido por Perangano
es un extraño de las magas que me acompañaron
resulta lejano del niño que fui
del muchachito que reconocía la esencia de nuevos momentos
de un olor que se le atrapaba en la imagen
recorriéndole por el laberinto del seso.
Este hombre que desde el espejo mientras le escribo me mira
con el rabillo de mi ojo y su mirada hilarante me pide que lo sostenga
que siga adornándole su osamenta
tendiéndole puentes
aunque mi mente sea una barranca
por la que a diario bajo
entre basura para recolectar las flores
y realizar labores que tampoco son ya cotidianas
que también me alejan de mi.
Ardo Astillo Oreno
lunes, 1 de julio de 2013
Cuatro. El billete robado
Ardo Astillo Oreno
lunes, 24 de junio de 2013
Le pago con letras para mis actos.
pero invoqué al arcángel San Miguel y en mis ojos distribuyó la luz como la mañana en un cañaveral.”
lunes, 17 de junio de 2013
Cuando en la letra entra el hilo podría alargarse hasta el infinito
lunes, 18 de febrero de 2013
La vestidura diaria de mi carcacha del alma
Esta vulgar de mi propiedad
/osamenta de mis ruinas/
vale tanto como mi vida
en él se levanta mi ser
para contemplar lo que el sol iluminó
grietas, cuarteaduras, cavernas
en donde habito en secretos pasadizos
Viene la tempestad
de mi naturaleza se desborda la paz
/los dedos escurriendose de Chopin/
para los caminos de mis caracoles
en mi oreja el viaje de su viento
el sonido qe me entra y enciende el seso
/como si me acompaña Chaplin/
es mi maquinaria osamenta
la vestidura diaria de mi carcacha del alma
el jet privado para mi imaginación
Qué terreno tan lindo este en que me encuentro
arrebatandole el espacio que recorrió el infinito
se llama vida del cuerpo sin cuento
este tan equiz tan ye del ser
timido frágil; inmenso como insuficiente
se le acaba la gas en menos de 100 años
apenas tengo mi primer manojo de 25
y las cortinas de acero de mis párpados se cierran.
Ardo Astillo Oreno