viernes, 19 de julio de 2019

Fragmentos IV (antónimos)

Comparto el destino de los bienaventurados
Renazco y en carne propia vivo el destino de los segregados
Sonrío y hago reír a los acomodados
Imito y revivo lo de los marginados
Me abrazo con el que nunca pensará  la cuota
Me mimetizo con el que se muerde las uñas con las cuentas
Por si no fuera claro
Disfruto la lluvia como el calor.
Ambos me permiten inhalar
Soy el hijo de las circunstancias
El que una tarde camino la vereda de los acaudalados. Sus caserones manciones.
El que al otro día divagoó por la sierra "abierto en canal por la mano firme de la luna llena"
Dispuesto al plagio y al original
El auténtico y que te copia cada maña y gesto mínimo
El que la controversia vuelve elemental y el acuerdo indiscutible
Indispensable este aire espeso
Está naturaleza entre la montaña
La imagen común
El verso incomprensible
No hablo del Yin
No hablo del Yan
Hablo del ahora y del jamás
De esta adversidad que nos osamenta
De esta reflexión que raya, pica, muele, bate la ley de la vida
Aquella que tú no comprendes
Y esa otra que tú identificas.
Tengo que leer otras cosas que no entiendo.
Para escribir aquello que comprendo.
Llueve. Desolado. Me voy.

jueves, 4 de julio de 2019

Fragmentos III

Santa Fe de la Laguna, Pátzcuaro. Michoacán.
La visita con los purépechas fue mágica, mística, un sueño vívido. Cerca de una semana contemplamos sus paisajes, su lago, habitamos en sus casas, nos acercamos a su lengua, vivimos sus fiestas y costumbres, nos deleitamos con su guisos.
No olvidaré cuando los vi danzar con alegría, brinquitos y saltitos con un estilo inimitable, inenarrable a un ritmo que palpita el universo.
Compramos pescado fresco que todavía salta en las bandejas, huacales. Nos adentramos en sus elaboradas viviendas de materiales rupestres: madera, adobes, alambres, pintura de chochinilla. Todo mezclado en un arte constante, que refleja su cosmovisión del mundo.
En las maderas polines, que sostienen sus tejados, hay grecas y figuras talladas, que envuelven toscos amasijos de adobe, ya sea en forma de ladrillos o de mezcla, del adobe color arena de mar salen los alambres que ya sirven como ganchos, tendederos o para que las gallinas no se salgan de su sitio, la pintura de cochinilla en forma de grecas, dibujos con los que señalan nombres de sus calles y avenidas, todas escritas en lengua purépecha.
Al llegar al sitio, centro de su mundo, los niños te sonríen inocentes, pero reconociéndote como extraño, se escucha al oído desconocidos sonidos en que todos se hablan, es la lengua purépecha o tarásca que aún vive y fluye en ese santuario de la naturaleza.
Arribamos a la isla de Pátzcuaro en lancha, que a los turistas cobra ciento cincuenta y a los locales cuarenta, nuestros anfitriones, pareja originaria de esa comunidad nos hacen pasar por "sus primos", por un precio exclusivo, subimos hasta la cabeza del gigante Morelos, contemplamos en medio del lago las montañas que rodean el santuario, la manera que Dios habita en su creación, la naturaleza nos alimentó del aire más puro que cualquier ser viviente puede respirar en su sueño. Nos ornamentó con sus artesanías la isla, nos dio color, luz, calefacción y cariño su entorno.
Vimos a los pescadores haciendo su labor de cada día con esas redes que parecían el vestido de las lanchas, los seres acuáticos aún se movían en sus se movibles. Fue una aventura fantástica llegar a otra nación dentro del mismo país.
Compermiso. Ya me tengo que bajar para transbordar.


martes, 2 de julio de 2019

Fragmentos II

Un joven le preguntó a una muchacha si era bueno darse un beso en la primera cita.( Yo pensé que no podría ser de otra manera). Ella respondió que "si ella te lo propone: sí".
Él le contestó que "cómo ella te lo propone". Ella le dijo que si se acercaba mucho a él, si se recargaba en su hombro, sí".
Yo pienso en los símbolos conductuales si es que eso existe. Pero qué gran clave. Nunca lo imaginé. Me parece la más linda manifestación del cotejo animal racionalizado.
Espero que mi esposa no me pregunte porqué ando pensando esto. No amor. No quiero besar a nadie en mi primera cita. Tú eres la primera y última. Ya perdón.