jueves, 21 de julio de 2022

A los perrones.

A los canes nombrarlos de fieles a lo perrón 
Decirle a su evidente falta de entendimiento 
con su enorme sentimentalismo que los aprecio por su manera intensa de entrega y de baba

Por las relamidas llenas de amor que prodigan y prosiguen moviendo la cola a la desgracia misma que veneran como líder de la manada 

No cuestiona nada su actuar con instinto
Olisquiando los rabos ajenos sin pena
sueño y pena de un pueblo 
Persisten en dar su cariño ante las cadenas 

Sonora orquesta que musicaliza la noche

Son un tronco de expresividad echado en sin fin de azoteas, zotehuelas, patios desolados y otros inospitos sótanos A pesar de la adversidad que no conceptualizan ni conocen sonríen

Se quedan atentos después de dar diez mil vueltas para sentarse en un sitio, en eso fueron mis maestros. 

Yo les escribiría una oda por su incontrolable positividad, más allá de los ladridos y mordidas estan esos ojos que hablan.
Esos que le dan alegría a los hombres 
-Uno de ellos nos platicó que así sentía cuando veía un callejero que rondaba los rumbos-
Alguna vez fue mi amo alguno
resistió lluvia, hambre, frío, gritos y una que otra caricia
Se marchó y me dejó una gran alegría  

Le entrego años a la postre estos sonoros ladridos. Que resuenen en la noche que cada uno trae en la mente. 
 

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