viernes, 30 de marzo de 2012

Carta escrita por Remedios Varo.

Muy señor mío,
He dejado pasar un tiempo prudencial y ahora creo, es más, tengo la seguridad de que vuestro espíritu se encuentra propio a comunicarse conmigo. Yo soy una reencarnación de una amiga que tuviste en otros tiempos. Ella era poco agraciada físicamente hablando: nariz abundante, cutis pecoso, cabello rojizo, peso inferior al que debería.  Afortunadamente mi encarnación sólo ha conservado como característica física el cabello rojizo. El resto…!amigo mío!, ¡qué mango!: nariz griega, curvas seductoras, sin ser obesa, beneficio de abundancias sin par y, en resumidas cuentas…¿que tengo algunas arrugas? ¡detalle insignificante!: es el equivalente a la noble pátina que adquieren los objetos de buena calidad.
Esta reencarnación no fue fácil. Después de atravesar mi espíritu, primero por el cuerpo de un gato, después por el de una  criatura desconocida perteneciente al mundo de la velocidad―es decir, a ese que nos atraviesa a más de 300 mil kilómetros por segundo (y que, por lo tanto, no vemos)― fui a dar, inexplicablemente, al corazón de un trozo de cuarzo. Al favor de una tormenta abominable, los fenómenos eléctricos me fueron favorables y, cayendo un rayo en dicho trozo de cuarzo, rescató mi espíritu que, describiendo una espiral, fue a alojarse en el cuerpo de una mujer metida en carnes que por allí circulaba. Me siento satisfecha de esta circunstancia y por eso me atrevo a escribiros, en el entendimiento de que no me habéis olvidado.
He pensado que el teléfono es un aparato inhibitorio y muy frio para comunicar. Pero escribirse cartas es diferente. Creo que mi alojamiento en un trozo de cuarzo es una experiencia que puede interesaros; otros pequeños descubrimientos también. yo estoy dispuesta a comunicaros todo:

Este poema puede parecer oscuro a primera vista, pero la más sencilla de las maquinas electrónicas, tan usadas hoy en día, pueden desmenuzarlo y aclararlo. Si os animáis a contestarme, dadme cuenta detallada de vuestra actual actividad.
La mía, en los últimos cuatro meses, ha constituido en la crianza de un sobrenatural cachorro de perro. Es animal parlante, amable y útil si hubiera grandes sequías, ya que de su cuerpo fluye casi constantemente un líquido ambarino que la gente común cree ser orina,  pero yo sé que es algo con composición química superior.
Por vivir yo en una habitación de suelo no absorbente, he considerado que dicho animal debe ir  a vivir a Cuernavaca, en un jardín donde las plantas pueden beneficiarse de la humedad que esta criatura produce.
En cuanto la actividad maniática llamada pintura... ¿qué puedo deciros? Ambos fuimos atacados de este mal, si queréis recordarlo. No sé si habéis persistido en esta rara forma de perversión, yo sí,  helas, y cada vez me siento más avergonzada de tamaña frivolidad.
¿Fumáis? Yo he emprendido una lucha titánica contra la nicotina y el humo en general. He llegado a la conquista parcial del asunto y en mis días de bondad sólo fumo seis cigarrillos. En los días de nostalgia, de depresión y cuando todo es un desmadre, ¡bueno!, entonces, ¡no sé! Esto debe ser explicado en forma clara y precisa.

¡Bien!, de los insomnios, del sudor frio, de las inyecciones de extracto de hígado, del deseo de perforar en la tierra una madriguera para esconderse allí dentro, ¡no digo nada! Espero vuestras noticias y sólo entonces os comunicaré cómo fui visitada, ha tiempo, por una sirena hechicera, ferverosa admiradora vuestra y muy preocupada e intranquila a causa de vuestro retraimiento de la vida cotidiana. ¡misterio!
Vivo, como antes, en este castillete de Álvaro Obregón 72, con teléfono 112084.
Recuerdo las antiguas paellas, la libre circulación y beso vuestras falanges

                                                                                                                   Remedios Varo

1 comentario:

  1. Esta carta es maravillosa!!! En dónde la encontraste? No sabes a quién iba dirigida?

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